quarta-feira, 29 de agosto de 2012

Una historia de suspenso...

El año no interesa. Pero yo me sentía el culpable de este suceso. La esposa de mi querido Juan Silva me culpaba de la desaparición de su esposo. El motivo era que en aquellos tiempos, las noticias se daban por teléfono y Juanito no tomó la pista que conducía a Ayacucho. Él tomó una pista alternativa. Y en el mundo de los pernos, la noticia era "no entró a Ayacucho el coche Caraz Dulzura". La esposa de Juan estaba muy preocupada. Esperábamos hasta la seis de la tarde que llegara alguna noticia. Fue una noche de suspenso.

En Ayacucho, nadie avisaba. Solamente había que esperar la lista de partida de los coches. Qué lindo es tener una noticia que tubo mucho suspenso: "entró a la partida de Ayacucho el coche "Caraz Dulzura"". Así fue esa noche de recuerdo.

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