terça-feira, 28 de agosto de 2012

La buena tierra en Caraz


Los trigales y cebadas le imprimen un dorado que juegan con el sol y el viento, dando la impresión de un manto dorado.

Al ocultarse el sol ofrece un espectáculo peculiar, el celaje indescriptible.

Las noches son estrelladas con un cielo límpido impresionante. Nada como respirar su aire limpio, observando las constelaciones.

El amanecer, el piar de los pájaros y el frio seco, contrastando con el nascer del sol hacen la felicidad de quien la visita.


En consecuencia a este clima ideal son los cultivos de flores para exportación, miel y sus derivados muy codiciadas por países de Europa, como resultado de la fruticultura tenemos producción local artesanal de conservas.

Caraz tiene vida propia y casi todo es producido por la buena tierra.

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